¿Las
mujeres suelen fingir el orgasmo? ¿Qué es la anorgasmia?¿Cuáles son las claves
para alcanzar el clímax? ¿Todas las mujeres pueden ser multiorgásmicas? En
definitiva, ¿de qué hablamos cuando hablamos del orgasmo femenino?
Llegar al
orgasmo no distingue géneros ni razas: es cuestión tanto de hombres como de
mujeres. Cada uno es dueño de su propio orgasmo. Eso queda más que claro en la
clásica y recordada escena de la película “Cuando Harry conoció a Sally”, en
donde Meg Ryan finge un orgasmo en plena cafetería, para romperle el orgullo a
su pareja (Billy Cristal).
Pero más allá de
que en esa escena la mujer aparece con el poder de simular algo tan íntimo como
el placer, la realidad hace notar que la mayoría de las veces el no llegar al
orgasmo pone mal a muchas de ellas.
Definiciones
La anorgasmia es
la dificultad, persistente y recurrente para la mujer en alcanzar el orgasmo.
Según en el momento que aparece, existen dos grandes tipos. Por un lado están
las “primarias”, aquellas que la mujer tiene desde el comienzo de su vida sexual
activa; y las “secundarias”, que son las que aparecen luego de un tiempo más o
menos prolongado de buen funcionamiento sexual.
Las causas van a
ser diferentes en cada caso, cuando encontramos una anorgasmia primaria (que es
lo más frecuente en mujeres jóvenes), el problema principal es la falta de
conocimiento acerca de su propio cuerpo y funcionamiento. Mientras que en las
anorgasmias secundarias, como probables causas pueden ser desde problemas de
pareja, depresión, hasta enfermedades físicas de tipo neurológico, metabólico u
hormonal.
Lo importante,
es hacer un buen diagnóstico que conduzca a un tratamiento adecuado.
El buscado
orgasmo
En un capítulo
de la serie estadounidense “Desperate Housewives”, Marcia Cross (Bree), después
de muchos años tiene un orgasmo real y se asusta porque cree que tiene algo
malo. Es decir, hasta ese momento de su vida no había experimentado un verdadero
orgasmo. Si bien este caso aparece en ficción, hoy muchas mujeres adultas
reales, activamente sexuales, nunca han experimentado un orgasmo.
El orgasmo
femenino no es algo que viene de fábrica o que es indispensable para la
reproducción como el masculino. Sino que es algo que la mujer aprende y no todas
tienen ni la información ni la oportunidad de hacerlo. Es por eso que en la
pareja, la comunicación es una herramienta esencial para solucionar cualquier
problema sexual.
Estereotipos,
machismo y otras excitaciones
Viviana, una
empleada de 32 años, me decía: “Fingí el orgasmo durante muchos años porque
tenía miedo que mi pareja me dejara. No me importaba sacrificar mi placer, si
gracias a eso no destruía mi relación. Un día, cansada de cómo me sentía, le
dije a mi pareja que nunca había llegado al orgasmo y juntos, ayudados por un
profesional, empezamos a trabajar en el asunto.
El temor al
abandono, el sentirse menoscabada en su sexualidad, la falta de comunicación con
la pareja, la vergüenza, el miedo a la violencia, el sentirse anormal, y el
creer que es la única mujer en el mundo a la que le pasa esto son algunas de las
principales causas que llevan a ellas a fingir el orgasmo.
Lo cierto es que
el tema de que las mujeres puedan simular el clímax sexual preocupa a los
hombres. El varón tiene la fantasía de que es el hacedor y el responsable del
orgasmo femenino. Cuando, en realidad, cada uno es el dueño de su propio
orgasmo. Pero, con esta idea preconcebida del súper macho, el hombre se siente
presionado a lograr que ella tenga su orgasmo y si no ocurre, lo siente como una
afrenta a su machismo.
El antónimo del
“sin placer”
En la época de
la mediatización de la vida y de la invasión a la intimidad, el mito que se puso
a la cabeza de todos es el del rendimiento. Para los hombres, mientras más,
mejor. Para ellas, la multiorgasmia como algo obligatorio. Ese es el modelo que
los medios de comunicación -especialmente la televisión- intentan imponer a las
personas.
Lo cierto es que
la realidad escapa -por kilómetros- a la fantasía prefabricada en la pantalla
chica. La multiorgasmia es una posibilidad más, si ocurre bien, si no ocurre
también. Si la mujer tiene un orgasmo y se siente satisfecha, el exigirse mas,
solamente logrará que se frustre. No se pueden tener orgasmos de manera
voluntaria, es un reflejo en respuesta a estímulos; si los estímulos son los
adecuados la respuesta se presenta. Pero si en lugar de disfrutar de los
estímulos la mujer está autoobservándose y tratando de controlar sus propias
reacciones, lo más probable es que no ocurra nada”.
Fuente : www.e-sexualidad.com
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