miércoles, 27 de febrero de 2013

El arte en Egipto

El arte que más brilló en Egipto fue la arquitectura, la que dejó para la posteridad obras monumentales marcadas por sus profundas y variadas creencias religiosas.

 
Índice de Temas:
  1. La arquitectura, el arte más destacado
  2. Manifestación artística de la religión egipcia 

  

La arquitectura, el arte más destacado  


Los arquitectos egipcios inventaron la bóveda, la columna y la bovedilla recta usando materiales como la caliza, el asperón (arenisca arcillosa) y el granito rosado o azul de las montañas, dejando el ladrillo para las murallas y las casas. La habilidad empleada en la construcción de sus obras y la sequedad del ambiente permitieron que estas permanecieran casi intactas durante siglos.

Sus trabajos arquitectónicos fueron, principalmente, tumbas y templos. Dentro de las primeras se destacan las pirámides, como la de Keops, Kefrén y Micerinos. Los templos resaltan por sus tamaños y firme estructura. Algunos fueron construidos al aire libre y otros elaborados en las mismas rocas, es decir, subterráneos. Los más famosos son los de Karnak y Luxor, en donde se encontraba Tebas y, como ejemplo de templo subterráneo, el de Ipsambul.

 Un templo era la propiedad y casa de un dios simultáneamente. Estaba rodeado por un largo cerco de ladrillos y contenía a una población entera encargada de su servicio. Tenía habitaciones para sacerdotes y servidores, talleres, edificios de servicio y parques para los animales de sacrificio.

El templo propiamente tal estaba ubicado en el centro del perímetro, al interior de una segunda línea de murallas y se accedía a él por una avenida enlosada, en cuyos lados se instalaban hileras de esfinges (monstruo fabuloso con cabeza humana y cuerpo y patas de león).

 Artes complementarias 


La escultura y la pintura fueron desarrolladas a disposición de la arquitectura en el antiguo Egipto.

Las estatuas adornaban las fachadas o se instalaban dentro de los templos y tumbas. Sus figuras eran rígidas debido a que la piedra que se usaba para esculpirlas era dura, además de que los escultores se servían solo de herramientas de cobre para su trabajo.

Las estatuas egipcias pueden ser clasificadas en colosos, con medidas que podían alcanzar los 20 metros de alto, como la Esfinge, localizada frente a la Gran Pirámide; en estatuas decorativas, que representan a reyes o dioses en posiciones sagradas y con sus atributos, y las estatuas funerarias, que consistían en retratos de los muertos.

También usaron los bajorrelieves, que muestran escenas de la vida de los dioses o de los reyes y que se pueden encontrar en los muros y columnas de los templos.

La pintura egipcia ha dejado valiosa información sobre la vida cotidiana de sus habitantes, al representar sucesos en la existencia del difunto en los muros de las tumbas, aunque también pintaron escenas mitológicas sobre sus paredes. Los artistas no esbozaban más que los contornos que, luego, ilustraban con colores planos y comunes. Posteriormente, dominaron la técnica del dibujo y la proporción.

 Escritura emblemática 


Al parecer, el origen de la escritura egipcia también fue como una decoración accesoria de la arquitectura.

Los primeros signos fueron emblemas grabados que significaban un objeto o idea y que, con el tiempo, se transformaron en palabras, sílabas y letras. De esta manera surgieron las expresiones escritas, llamadas jeroglíficos o caracteres sagrados, usados para las inscripciones de los monumentos.

A pesar de usar unos 700 signos diferentes, el uso cotidiano los redujo a una menor cantidad abreviándolos (escritura hierática), situación que se repitió más tarde al crearse la escritura demótica, que era una forma más rápida y sencilla de la escritura hierática.
 
Joyas 

Los egipcios consideraban a las joyas como su gran lujo, lo que quedaba reflejado en la fina hechura de sus formas. Ejemplos de estos trabajos fueron los pectorales (que cubrían el pecho), y los collares, verdareros adornos de piedras y metales preciosos.
También el abundante uso de perfumes requirió de varios accesorios, como cucharas, vasos, envases, que eran verdaderas obras artísticas.

En su creación, los orfebres se inspiraban en lo que la naturaleza ofrecía como modelo: plantas, animales y hasta partes del cuerpo humano. Muchas figuras adoptaron las formas del loto y del escarabajo, algunos de los motivos preferidos de los artistas egipcios.

El material favorito para producir sus gemas era el oro, el cual se obtenía de las minas que explotaban entre el Nilo y la costa del mar Rojo. Sin embargo, también usaban otras piedras semipreciosas provenientes del desierto, como la cornalina, de color anaranjado; el feldespato, verde, y la amatista, de tonos violeta. 

Canto y baile 

Por los testimonios gráficos y escritos que nos dejaron los egipcios, se deduce que ellos disfrutaban mucho de la diversión y entretenimiento que produce la música.
Existen escenas de fiestas en las murallas de las tumbas, además de los cánticos que se han encontrado escritos en los papiros y de los instrumentos preservados hasta hoy.

Celebraban grandes festivales públicos, en los que participaban miles de personas con cantos y melodías de flautas, arpas y castañuelas.

Sin embargo, también se tocaba música en actividades corrientes, como en el caso de los que pisaban la uva durante la vendimia, los cuales eran acompañados por el sonido que hacían otros hombres cuando golpeaban rítmicamente dos palitos, o como los campesinos que les cantaban a sus bueyes mientras trillaban el trigo con sus pezuñas.

De acuerdo con algunos estudios, en los banquetes participaba una pequeña orquesta, con secciones de viento y percusión y que las armonías que ahí se tocaban eran, probablemente, muy acompasadas.

 El arpa egipcia

Las arpas que usaban los egipcios para interpretar su música eran muy variadas. Algunas eran tan grandes como el que las tocaba. También era variable el número de cuerdas, desde cuatro hasta más de veinte.



Manifestación artística de la religión egipcia


La arquitectura egipcia se caracterizó por la creación de monumentos como las pirámides y las esfinges, la más importante de ellas: Gizeh
 La arquitectura egipcia se caracterizó por la creación de monumentos como las pirámides y las esfinges, la más importante de ellas: Gizeh

El arte egipcio está ligado ante todo con la religión. De hecho, los únicos monumentos que han perdurado hasta hoy son templos y tumbas; y las esculturas y las pinturas que encierran son casi siempre como un complemento de la arquitectura.

 Los monumentos más antiguos que se conocen son tumbas. Las del primer período son la pirámide y la mastaba. Subsiste un centenar de pirámides, pero las tres más grandes son las de Keops, Kefrén y Micerinos, que tienen respectivamente 146, 138 y 44 metros de altura.

 La mastaba, de dimensiones menores, era un edificio en forma de tronco de pirámide de planta rectangular construido en piedra o ladrillo. Contaba en su interior con una capilla funeraria, un recinto tapiado que guardaba todas las estatuas del muerto, y un foso lleno de arena que finalizaba en la cueva donde reposaba la momia.

 De la época tebana han quedado ruinas grandiosas en Karnak y en Luxor, en el asiento de la antigua Tebas.

 No está bien establecida la naturaleza del simbolismo que preside las construcciones funerarias, pero es probable que representaran al morador del templo (o de la tumba) participando simbólicamente en el proceso mismo de la creación o en los ciclos cósmicos, muy especialmente los del Sol. Ese símbolo se expresaba en la planta y diseño de templos, así como en la decoración de muros y techos.

Los artistas egipcios empezaron a pintar los muros de las tumbas de los faraones con representaciones mitológicas y escenas de las actividades cotidianas, como la caza, la pesca, la agricultura o la celebración de banquetes. Igual que en la escultura egipcia, predominan dos rasgos: las imágenes, más conceptuales que realistas, presentan los rasgos anatómicos más característicos, combinando las vistas frontales y de perfil de la misma figura; y la escala de las figuras indica la importancia de las mismas. Así, el faraón aparece más alto que su consorte, hijos o cortesanos.

Las esfinges 

Además de las pirámides, existen otros monumentos que caracterizaron a la civilización egipcia, las esfinges.

 La más importante de ellas es la esfinge de Gizeh, que se sitúa junto al camino que conduce a la pirámide de Kefrén. Este monumento mide cincuenta y siete metros de largo y representa la figura de un león con cabeza humana. Se dice que esta esfinge podría tratarse del rostro de Kefrén, perteneciente a la IV dinastía.

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